jueves, 31 de marzo de 2016

UNA IDEA ESQUIVA 2


Estudio para Sol de la mañana - 1952 - Edward Hooper

La idea comenzó a tomar forma aquel día lunes. Era feriado de carnaval que se extendía al martes inclusive. Hacía calor y entre las plantas del patio las chicharras ululaban. Elaboraban un sonido que le dominaba los pensamientos y a la vez una dulce modorra le pesaba en los párpados y se los cerraba. Desde la calle llegó el voceo familiar del megáfono, un hombre en una camioneta vieja compraba cosas en desuso por el barrio. El ruido de botellas chocando y la radio del vecino acallaron por un momento el frenesí de los insectos. Se equivocaba, aunque aún no lo sabía, erraba al sentirse tranquilo y cómodo, aletargado. Había estirado las piernas cuan largas eran y casi traspasaba la silla al otro lado de la mesa en la que se había ubicado para escribir y para leer. Ahora agarra la birome y escribe la fecha, siempre escribe la data antes de empezar, las chicharras reaparecen con inusitada intensidad, sale el sol y además, escucha que lo llaman. Todo ocurre en forma simultánea y es too much para que esa idea, la que iba cobrando forma pero que aún estaba en gestación se diluyera en no sabía exactamente qué, pero se daba perfecta cuenta que la idea se le había extraviado. Se molestó aunque no demasiado, estaba acostumbrado a que las ideas se fueran, volaran antes que llegara a verificarlas y escribirlas, se puso de pie y dejó para más tarde ordenar las cosas que estaban sobre la mesa. Claudia decía que partía siempre de una imagen, algo distinto y potente, antes de esa imagen ni siquiera intentaba sentarse a escribir.

Ella parecía a gusto mostrando las lechosas nalgas, miraba hacia la ventana mientras él veía como los lunares le recorrían la espalda. Pensó que estaba dentro de un sueño. Se pellizcó y nada ocurrió. Quizás también eso podía ocurrir en el sueño.