martes, 26 de enero de 2016

UN CUENTO MODERNO


En un cuento moderno cae la tarde, las sábanas riegan el piso, y nuestra ropa se encuentra amontonada en el único sillón de la habitación. Una luz roja ha quedado sin apagar sobre la puerta, y acabamos de hacer el amor.

En un cuento moderno todo surgirá rápido y sin dudas en los mensajes que intercambiamos, y ambos sabemos que no podremos dar cuenta de este encuentro a nuestras familias.

En un cuento moderno  tenemos la edad que supera este tipo de aventuras y nos reiremos generosamente de lo que dicen y piensan al respecto los amigos. 

En un cuento moderno llegaremos hasta acá sin pensarlo mucho y con el deseo en el cuerpo, sin embargo después de haberlo hecho, creeremos que quizás así sea el amor, y que tal vez estemos después de todo enamorados.

En un cuento moderno me dormiré sin darme cuenta, y vos lo intentarás, pero permanecerás despierta y nostálgica a mi lado. Me despertaré y te besaré, dirás que no han pasado más de cinco o de diez minutos, y nos iremos a duchar, primero yo, y luego vos.

En un cuento moderno te contaré como anda mi trabajo, me hablarás de algún lugar nuevo en el que fuiste a bailar el tango. Charlaremos de nuestros hijos con precaución y evitando ir más allá de otras filiaciones, rodeándolas con el lenguaje, callándolas con los besos.

En un cuento moderno la chica de la caja nos escuchará reírnos y nos verá felices, iremos hasta el auto abrazados, y volveremos a extraviarnos en calles reconocidas, manejarás relajada y distraída y los coches tocarán una bocina que no escucharemos. 

En un cuento moderno el presente será hermoso y el futuro no existirá, y el beso que nos daremos al despedirnos será un tajo en algún lugar de nuestros cuerpos, y lo que pudo ser y no fue será mucho más real que en un cuento moderno.

Ilustración: "Love Vibrations" de Leonid Afremov 

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