jueves, 26 de marzo de 2015

REALIDAD o FICCIÓN

2 de Abril del año 2008, en el diario La Capital de Rosario salía esta nota: “Una carta que llegó 25 años después”, y surgía también el germen de las CRÓNICAS.


Seis años después y luego de mucho andar, de emociones encontradas y esfuerzo, serían editadas en Diciembre del 2014 por La Letra EME.
La realidad y la ficción en la página 11 del libro, dejan de diferenciarse.

<< Cristina eligió una caja y la llenó de chocolates. Además colocó unos guantes y un echarpe que había comprado hacía unos días. Luego escribió la carta.
La voz del hombre que surgía de la radio la embargó.
Adónde alcanzar la caja, pensaba Cristina, mientras escribía.
Salió a la calle. La agitación del barrio parecía surgir
como la misma luz del día.
El conflicto con los ingleses se había instalado en la ciudad.
Por suerte –pensaba Cristina– mis hijos son chicos y con tristeza miró hacia la casa de enfrente.
Caminó hasta la esquina con un extraño presentimiento.
En la avenida el tránsito avanzaba muy despacio. Las banderas y las manos se agitaban.
Pensó en las hojas de otoño a punto de caer.
Una formación de camiones del ejército y varios colectivos de larga distancia circulaban a paso de hombre.
Los soldados se asomaban por las ventanillas. Son más jóvenes de lo que pensé, se dijo Cristina. Avanzaba.
Las manos, los brazos, y las caras de los soldados recibían cosas. Caricias. Recibían afecto sin comprender. Qué importaba.
Volvió casi corriendo y recogió la caja que entregó a uno de los camiones.
Pensó que la mejor recompensa por ese acto era justamente eso, haberlo hecho.

“Tengo tres hijos varones de nueve, siete y cuatro años, pero me imagino y me pongo en el lugar de las madres que, de este lado del océano, tienen la incertidumbre de la espera. Por eso, en nombre de todas, les hago llegar este sentimiento. Suerte y fe. Una madre santafesina”.

Que llegue, anheló la mujer. Que llegue, pensó y volvió a su casa. La esquela en un sobre, y en medio de los demás objetos: comida, chocolates y algún abrigo, llegó. >>