sábado, 19 de mayo de 2012

CARLOS FUENTES

Inesperadamente esta semana falleció un escritor muy querible, de una trayectoria infinita, una persona que nos regaló literatura a manos sueltas, como esta frase que uso para recordarlo.


Primero hablas y luego escribes y aprendes a distinguir el ritmo del habla cotidiana, en el que circulan los cobres de la vida, y luego te instalas a buscar el oro de la literatura a fin de crear no la realidad, ni siquiera una reproducción de la realidad, que sería una realidad redundante, sino a crear una realidad paralela, que antes no existía.